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Lana Del Rey: Norman Fucking Rockwell!

Lana Del Rey
Norman Fucking Rockwell!
Interscope Records
30/Ago/2019


"Maduración como catalizador del triunfo"

Hablar sobre Lana del Rey y su música en retrospectiva trae debate sobre la mesa: se puede argumentar que su visión del Pop se ha sofisticado tanto, al punto de volver cada nueva entrega una experiencia onírica y sobria, pero también se puede ver como una involución de su estilo, cerrándose a la monotonía pseudomadura que puede caricaturizarse con facilidad. A lo largo de 5 placas pareciera que solo Ultraviolence prevalece como el punto álgido indiscutido por encontrar el status quo entre la efectividad del Pop melancólico y ambientes pesados difíciles de predecir manteniéndose por sobre todo, amigable con la radio. A partir de aquel punto, pocos han sido los verdaderos riesgos que Elizabeth Grant ha tomado para redefinir su sonido, demostrando que no podría adoptar un nuevo estilo a no ser que tuviera asegurado el éxito, como cuando puso un beat de Trap a "Summer Bummer" porque tuvo a A$AP Rocky y Playboi Carti como compañeros para lograr eso. Pues ahora hace un movimiento similar enlistando al superproductor Jack Antonoff para tomar la batuta como director a lo largo de su sexto álbum de talla más "orquestal" y psicodélica, al que ha nombrado Norman Fucking Rockwell!.

Y aún cuando el sonido de Lana siga cargando sobre sus hombros el peso de ser "La misma gata pero revolcada" o su acertado sinónimo en inglés "Same song, different tune", hay algo en este trabajo que realmente conecta con toda la experiencia que ha ganado a lo largo de los años, convergiéndola en el mismo punto que una visión renovada y fresca para los estándares de su música, marcando un nuevo punto alto para su discografía y eso lo logra dando protagonismo a la música, aún a sabiendas de que su mayor fuerte siempre ha sido su voz.

NFR! exige ser escuchado en la calidad mas alta para poder apreciar con precisión cada adorno de cuerdas o vientos. Por primera vez tenemos un álbum de Lana hecho al 100% para su disfrute en calma, su magia radica en que no pide nuestra atención usando redobles estrafalarios ni crescendos inesperados, sino la absorbe poco a poco mediante arreglos exquisitos. Hay sabiduría comparable a la de Weyes Blood y Johnatan Rado en Titanic Rising en el sentido de que toman instrumentos de cámara y los vuelven laberintos de sonido hechos para perderse dentro de sus detalles pero sin salirse de lo ordinario. Tomemos "Doin' Time", por ejemplo; este cover a Sublime está justificado porque transforma una instrumental Reggae más alejada del Chamber Pop en su corte más cosmopolita, con líneas de bajo seductoras y algún chispazo coral de fondo para que batería y piano tomen protagonismo. Es la deconstrucción casi perfecta del estilo semi-orquestal vuelto contemporáneo y lujoso, mientras que exhibe el mejor elemento del álbum: la voz de Lana.

No es secreto que el melodrama y juegos de palabra cada vez menos discretos son el secreto de Lana para triunfar entre el público más joven y "atrevido", pero aquí toma un giro sustancial que sobrepasa la vibra bohemia de Ultraviolence y el trivialismo de Lust for Life; tenemos sensibilidad para engalanar cada espacio vacío en conjunción con el reconocimiento personal de sus errores amorosos y los coros más efectivos de su catálogo. Se redefine una vez más el uso de su falsete para remarcar transiciones entre versos, puentes y coros, en lugar de usarlo como punto climático. Por lo tanto, aquí las canciones son más memorables que sólo el coro. "Cinammon Girl" es otro gran ejemplo de cómo Norman Fucking Rockwell! se trata de conjunciones; explotando cada capa de sonido para colocar cuerdas, teclas y voces para dar una impresión de epicidad trágica hacía el coro, es una gran construcción donde caben sintetizadores y una letra devastadora que interpola el dejar ir, con aferrarse a una persona.

A lo largo de los casi 70 minutos que dura el álbum predomina un sentido intermitente cercano a que no se están explorando los rincones más interesantes que puede dar este nuevo estilo, Julia Holter por ejemplo, maneja el mismo estilo musical y tanto Have You In My Wilderness como Aviary son proyectos que mutan constantemente y no se quedan repitiendo la misma fórmula once veces; mientras aquí la finta de "Venice Bitch" y básicamente la primera mitad del disco nos dan la promesa de ser la aventura más interesante de Lana, la 2da parte queda como un recorrido que termina descomponiéndose en canciones más populares por sus traducciones de YouTube que por mantener la misma calidad y sustancia. Y es cierto, los puntos altos del LP son tan altos que compensan la sensación de relleno por completo, cambiando la perspectiva por un sentimiento de realización constante.

Y aunque Jack Antonoff se puede llevar las palmas por el trabajo en producción y ser el gran maestro detrás de este emocionante sonido, es un poco desalentador ver que en realidad es producto de un ejercito de "ingenieros asistentes de grabación", que si bien cumplen su labor de potenciar la paleta sonora del disco, diluyen su identidad y la de Antonoff en pro del momento, de que la próxima canción suene bien en lugar de ir más allá y darle una distinción más acentuada dentro de los demás 5 álbumes que posee Lana Del Rey. Por su parte, "Happiness is a Butterfly" es la muestra inmaculada de que su autora domina la escritura como medio de expresión, compensando tener el mood más somnífero con las mejores analogías del disco.

El mayor logro de NFR! yace en hacer tangible la complejidad y majestuosidad de un sentimiento específico que sus fanáticos dicen encontrar en su música; más allá de una apariencia tan sobria como plástica, es una carta abierta a cualquier escucha, un grandioso himno envolvente que carga con orgullo sus aciertos y errores, volviéndolos parte de un gran todo satisfactorio, disimulando con éxito la monotonía y juego seguro detrás de su cometido.

Con seguridad podemos decir que estamos ante el mejor compilado que Lana del Rey ha lanzado en su carrera, lo cual no se apetece como un gran logro teniendo en cuenta la oferta del género que hay actualmente y sus obras más recientes, pero definitivamente deja un sabor de boca agradable que durará lo suficiente mientras quedamos a la espera de nuevo material suyo.

78%


01. Norman Fucking Rockwell
03. Venice Bitch
04. Fuck It I Love You
06. Love Song
07. Cinnamon Girl
08. How to Disappear
09. California
10. The Next Best American Record
11. The Greatest
12. Bartender
14. Hope is a Dangerous Thing For a Woman Like Me to Have

Por: Sebastián López

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